03
May
Cada vez más personas se quejan de afecciones digestivas que les hacen la vida mas difícil cada día. De hecho, la digestión es un fenómeno complejo que implica el funcionamiento de varios órganos simultáneamente. El hígado es uno de sus órganos y está a cargo de múltiples funciones en el cuerpo humano.
En el plano digestivo, el hígado produce la bilis que luego se almacenará en una bolsa pequeña llamada vesícula biliar. Cuando se ingieren alimentos grasos al llegar a los intestinos, la bilis los emulsiona, es decir, los corta en pequeñas partículas. Si esta acción no se realiza correctamente, el siguiente paso, la digestión de la grasa por las enzimas del páncreas, se ve comprometida. Así, cuando el alimento se encuentra en el intestino, el hígado comienza su función de colagogo con el fin de evacuar la bilis en el intestino por un pequeño canal que conecta los dos órganos, el conducto biliar.
La bilis también afecta los niveles de colesterol altos; Hace posible evacuar el exceso de colesterol del cuerpo utilizando este último en la formación de sales biliares. Cuando la cantidad de sales biliares en la bilis ya no es suficiente para solubilizar el colesterol, este se puede cristalizar y formar los famosos cálculos biliares. Estos pueden interferir con la evacuación de la bilis y, en última instancia, la digestión.
Por último, la bilis también juega un papel en la promoción de la movilidad del colon, lo que ayuda a prevenir las irregularidades intestinales.
Las siguientes son algunas de las principales funciones de este órgano, de las que depende en gran parte nuestra salud:
- Actúa sobre el metabolismo de los carbohidratos manteniendo el azúcar en la sangre en niveles normales, ya sea almacenando la glucosa en forma de glucógeno y liberándola cuando el individuo necesita energía.
- Controla el metabolismo de los lípidos actuando sobre su degradación o almacenándolos, si es necesario.
- Forma las lipoproteínas utilizadas para transportar triglicéridos y colesterol en la sangre, que luego se dirigen a los tejidos o al propio hígado.
- Sintetiza el colesterol «bueno».
- Realiza el metabolismo de varias proteínas, sin las cuales no podríamos sobrevivir mucho tiempo. Entre otras cosas, es el hígado el que causa la formación de urea, un residuo metabólico para eliminar el amoníaco y prevenir el envenenamiento. También participa en la síntesis de muchas proteínas del plasma sanguíneo.
- Almacena una gran cantidad de vitaminas y minerales para que el cuerpo pueda usarla si es necesario (vitaminas A, D, B12, hierro, …).
- Neutraliza ciertas sustancias tóxicas que circulan en el cuerpo para que luego sean eliminadas por los riñones.
Por lo tanto, es innegable que la buena salud va de la mano con un hígado sano. Desafortunadamente, muchos factores contribuyen a la sobrecarga, fatiga y en consecuencia, perjudican su funcionamiento normal.
Factores que contribuyen al daño hepático
- Fumar.
- Consumo excesivo de alcohol.
- Cafeína.
- Consumo excesivo de carne roja.
- Comidas fritas.
- Excesos de azúcares refinados o especias fuertes.
- Contacto prolongado con sustancias nocivas tales como: insecticidas, conservantes, aditivos alimentarios, etc.
- Una dieta baja en proteínas y elevada en carbohidratos y grasas saturadas.
- Exceso de alimentos.
- Medicaciónes.
A largo plazo, un hígado confrontado con tal estilo de vida eventualmente se cansa. Entonces es posible que nos envíe ciertos signos que atestiguan el agotamiento gradual que le causamos, como dolores de cabeza, estreñimiento, fatiga, gases o hinchazón, lengua blanquecina, mal aliento, problemas de piel, tono de piel o amarillo blanco Ojos, resplandor y náuseas después de comer.
Afortunadamente, usted puede tomar estas señales como advertencia para remediar la situación y hacerse cargo de poner en buenas condiciones su hígado. En primer lugar, esto implica algunas modificaciones a su dieta (véase la lista anterior).
Junto con los cambios en su estilo de vida, algunos suplementos de hierbas amargas pueden ser de gran ayuda para desinfectar y tonificar el hígado.
Curas hepáticas recomendadas
La ciencia pone a nuestra disposición excelentes curas hepáticas recomendadas durante los cambios estacionales para tonificar y limpiar las células hepáticas, combinadas con hierbas reconocidas durante siglos por sus virtudes hepatoprotectoras y por aumentar la secreción de la bilis. Entre estas plantas encontramos, el rábano negro, el cual causa una mejora notable en problemas digestivos tonificando el hígado. En cuanto al boldo, este, estimula la producción y secreción de la bilis para facilitar la digestión y frenar los espasmos gastrointestinales. La alcachofa, por su parte, protege las células del hígado y facilita el flujo biliar. Por último, el diente de león ayuda a frenar la pesadez digestiva, mientras que ayuda al hígado a neutralizar las toxinas que circulan en el cuerpo. Así, todas estas plantas trabajan juntas para purificar el hígado a profundidad, para estimular las funciones biliares y así promover una mejor digestión diariamente.
Estas plantas beneficiosas están disponibles en dos formatos principales: jugo biológico en ampollas y cápsulas. Las ampollas se pueden tomar como un programa estacional para cambiar las estaciones con el fin de limpiar a fondo el hígado y el cuerpo. Entre estos programas estacionales, las cápsulas se pueden tomar en todas las comidas sobre una base regular, asegurando una mejor digestión sobre una base diaria.
Estos programas son muy ventajosos, especialmente si usted ha reconocido los síntomas de un hígado sobrecargado, gracias a estas plantas utilizadas durante siglos por sus virtudes terapéuticas en el hígado.