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Jun
Con la edad, las células se renuevan a un ritmo mucho más lento, lo que significa que la densidad ósea disminuye con el tiempo. Con el debilitamiento de su estructura ósea, el hueso se vuelve más y más poroso y quebradizo lo que aumenta el riesgo de fracturas.
Los sistemas fisiológicos, a nivel nutricional y hormonal, son muy diferentes entre hombres y mujeres, debido a esto las mujeres se enfrentan a mayores riesgos de pérdida de densidad ósea, especialmente durante los años posteriores a la menopausia. En los hombres, la pérdida de densidad ósea es a menudo el resultado de efectos secundarios, como quimioterapia, medicamentos, problemas de la tiroides o simplemente una consecuencia de otras enfermedades. Un estilo de vida sedentario, dieta inadecuada que causa deficiencias minerales, cigarrillos, alcohol y el estrés de la vida cotidiana, son factores que contribuyen en gran medida a desarrollar osteoporosis. Las personas que sufren de hipotiroidismo son las de mayor riesgo.
Consejos de salud
La osteoporosis generalmente aparece entre las edades de 45 y 50. Sin embargo, a los 30 años, la renovación de las células óseas comienza a disminuir. Por lo tanto, es a partir de este momento done debe ponerse énfasis en la prevención.
Estudios realizados en Suecia demuestran que la actividad física regular, es decir, 3-1 / 2 horas por semana, reduce considerablemente el riesgo de sufrir de osteoporosis. También es importante elegir los ejercicios de pesas, donde el cuerpo se ve obligado a apoyarse en si mismo como las sentadillas, logrando así obtener resultados óptimos.
Para nutrir y apoyar la reconstrucción de la densidad ósea, es altamente recomendable tomar suplementos ricos en calcio y otros minerales. La vitamina D tambien es recomendable para reconstruir la densidad ósea. Por otra parte, los acidos omegas mejoran el proceso de mineralización ósea.
El consumo de cigarrillos, café y refrescos elimina el calcio del cuerpo. Los fármacos a base de cortisona son también un obstáculo para la renovación de las células óseas. Numerosos programas dietéticos bajos en calorías y orientados a la pérdida de peso también conducen a la osteoporosis, al igual que el ejercicio físico excesivo.